BAUTISMO DE CRISTO
Autor.- Francisco de Goya y Lucientes.
Fecha de ejecución.- Goya trabaja en esta obra entre el año 1775 y el año 1780
Técnica.- Óleo sobre lienzo.
Medida.- 45 x 39 cm.
Lugar donde se encuentra.- Colección particular.
TEXTO DEL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
Entonces viene Jesús desde Galilea al Jordán y se presenta a Juan para que lo bautice. Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?».
Jesús le contestó:
«Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia».
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía:
«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».
Mateo 3, 13 - 17
MEDITACIÓN DEL SANTO PADRE SAN JUAN PABLO II
Jesucristo: Hijo que se ha hecho Siervo. El bautismo en el Jordán lo confirma plenamente: Jesús se presenta a Juan para hacerse bautizar pero éste trata de impedírselo diciendo: "Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí? (Mt 3, 14). Como si quisiera decir: "Precisamente tú que eres el autor de la gracia salvífica, y Señor de nuestra salvación". Jesús, sin embargo, responde: "Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere" (Mt 3, 15). Jesús recibe el bautismo de Juan: el bautismo de penitencia. De este modo se manifiesta a Sí mismo como Siervo de nuestra redención. Viene como Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (cf. Jn 1, 29. 36). Lleva en Sí la voluntad de la obediencia al Padre hasta la muerte. Viene como Aquel que "no quebrará la caña cascada ni apagará el pabilo vacilante" (Is 42, 3).
San Juan Pablo II. Ángelus 13 de enero de 1985
ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO
DIOS todopoderoso y eterno,
que en el bautismo de Cristo, en el Jordán,
al enviar sobre él tu Espíritu Santo,
quisiste revelar solemnemente a tu Hijo amado,
concede a tus hijos de adopción,
renacidos del agua y del Espíritu Santo,
perseverar siempre en tu benevolencia.
Por nuestro Señor Jesucristo.
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