sábado, 25 de enero de 2025

CUARTO MISTERIO GOZOSO. LA PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO Y LA PURIFACIÓN DE NUESTRA SEÑORA


LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO

Autor.- Esta obra fue realizada por Francisco Rizi.
Fecha de ejecución.- En la actualidad se desconoce la fecha exacta en la que Francisco Rizi realiza esta obra, pudiéndose datar como una obra realizada hacía el año 1663
Técnica.- Óleo sobre lienzo.
Medida.- 206 x 290 cm.
Lugar donde se encuentra.- Museo de Bellas Artes de La Coruña.
Localidad.- La Coruña.
País.- España.

TEXTO DEL EVANGELIO

    Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: 

    «Ahora, Señor, según tu promesa, 
 puedes dejar a tu siervo irse en paz. 
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, 
a quien has presentado ante todos los pueblos: 
luz para alumbrar a las naciones 
y gloria de tu pueblo Israel». 

    Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: 

    «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones». 

    Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. 

Lucas 2, 22 - 37

MEDITACIÓN DE SAN JUAN PABLO II

    Y he aquí que entra. Llevado por las manos de María y José. Entra como un niño de 40 días para cumplir las exigencias de la ley de Moisés. Lo llevan al templo como a tantos otros niños israelitas: el niño de padres pobres. Entra, pues, desapercibido y —casi en contraste con las palabras del Profeta Malaquías— nadie lo espera. «Deus absconditus: Dios escondido» (cf. Is 45, 15). Oculto en su carne humana. nacido en un establo en las cercanías de la ciudad de Belén. Sometido a la ley del rescate, como su Madre a la de la purificación. Aunque todo parezca indicar que nadie lo espera en este momento, que nadie lo divisa, en realidad no es así. El anciano Simeón va al encuentro de María y José, toma al Niño en sus brazos y pronuncia las palabras que son eco vivo de la profecía de Isaías: «Ahora, Señor, puedes ya dejar ir a tu siervo en paz, según tu palabra: porque han visto mis ojos tu salud, la que has preparado ante la faz de los pueblos: luz para iluminación de las gentes y gloria de tu pueblo Israel» (Lc 29-32; cf. Is 2, 2-5; 25, 7).

San Juan Pablo II. Homilía. Basílica de San Pedro del Vaticano, 2 de febrero de 1979

ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO

Dios todopoderoso y eterno, 
rogamos humildemente a tu majestad
 que, así como tu Hijo Unigénito 
ha sido presentado en el templo
 en la realidad de nuestra carne, 
nos concedas, de igual modo, 
ser presentados ante ti con el alma limpia. 

viernes, 10 de enero de 2025

TERCER MISTERIO GOZOSOS. EL NACIMIENTO DEL NIÑO JESÚS EN EL PORTAL DE BELÉN.


LA NATIVIDAD

Autor.- Esta obra fue realizada por Eugenio Cajés.
Fecha de ejecución.- En la actualidad se desconoce la fecha exacta en la que Eugenio Cajés realiza esta obra, pudiéndose datar como una obra realizada hacía el año 1610
Técnica.- Óleo sobre lienzo.
Medida.- 70 x 80,2 cm.
Lugar donde se encuentra.- Museo Nacional del Prado.
Localidad.- Madrid.
País.- España.

TEXTO DEL EVANGELIO

    Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad. También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.

Lucas 2, 1 - 7

MEDITACIÓN DE SAN JUAN PABLO II

    A lo largo de dos mil años, generación tras generación, los cristianos han pronunciado el nombre de Belén con profunda emoción y gozosa gratitud. Como los pastores y los Magos, hemos venido también nosotros a encontrar al Niño "envuelto en pañales y recostado en un pesebre" (Lc 2, 12). Como muchos peregrinos que han venido antes que nosotros, nos arrodillamos, llenos de asombro, en adoración ante el misterio inefable que aquí se realizó. El niño recién nacido, indefenso y totalmente dependiente de los cuidados de María y José, encomendado a su amor, es toda la riqueza del mundo. Él es nuestro todo. En este niño, el Hijo que nos ha sido dado, encontramos descanso para nuestras almas y el verdadero pan que nunca falta, el Pan eucarístico anunciado también por el nombre mismo de esta ciudad:  Beth-lehem, la casa del pan. Dios se esconde en este niño; la divinidad se oculta en el Pan de vida. Adoro te devote, latens Deitas. Quae sub his figuris vere latitas. Celebramos a un Niño recién nacido, pero abrazamos a los hombres y mujeres de todos los lugares. Hoy, desde la plaza del Pesebre, proclamamos con fuerza a todo tiempo y lugar, y a toda persona:  "¡La paz esté con vosotros! ¡No temáis!". Estas palabras resuenan en todas las páginas de la Escritura. Son palabras divinas, pronunciadas por Jesús mismo después de su resurrección de entre los muertos:  "¡No temáis!" (Mt 28, 10). Esas mismas palabras os las dirige hoy a vosotros la Iglesia. No temáis conservar vuestra presencia y vuestra herencia cristianas en el lugar mismo en donde nació el Salvador. En la cueva de Belén, como dice san Pablo en la segunda lectura que acabamos de escuchar, "se manifestó la gracia de Dios" (Tt 2, 11). En el Niño que ha nacido, el mundo ha recibido "la misericordia prometida a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia por siempre" (cf. Lc 1, 54-55). Deslumbrados por el misterio del Verbo eterno que se hizo carne, abandonamos todo temor y, como los ángeles, glorificamos a Dios que da al mundo esos dones. Con el coro celestial "cantamos un cántico nuevo" (Sal 96, 1). "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres, que él ama" (Lc 2, 14). ¡Oh Niño de Belén, Hijo de María e Hijo de Dios, Señor de todos los tiempos y Príncipe de la paz, "el mismo ayer, hoy y siempre" (Hb 13, 8):  mientras entramos en el nuevo milenio, cura nuestras heridas, afianza nuestros pasos, abre nuestro corazón y nuestra mente a "las entrañas misericordiosas de nuestro Dios, que nos visitará como el astro que surge de lo alto"! (Lc 1, 78). Amén.

San Juan Pablo II. Homília. Celebración Eucarística en la Plaza del Pesebre. Belén. 22 de marzo de 2000

ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO

Dios todopoderoso,
envueltos con la nueva luz de tu Verbo hecho carne,
Te pedimos que resplandezca en nuestras obras
lo que por la fe brilla en nuestro espíritu.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMER MISTERIO LUMINOSO. EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL RÍO JORDÁN

BAUTISMO DE CRISTO Autor.- Francisco de Goya y Lucientes. Fecha de ejecución.- Goya trabaja en esta obra entre el año 1775 y el año 1780 Téc...