LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Autor.- Tiziano Vecellio di Gregorio, quien será conocido en el mundo del Arte y en su historia como Tiziano.
Fecha de ejecución.- Tiziano realiza esta obra entre el año 1516 y el año 1518
Técnica.- Óleo sobre tabla.
Medida.- 690 x 360 cm.
Lugar donde se encuentra.- Basílica de Santa María del Frari.
Localidad.- Venecia.
País.- Italia.
TEXTO DE LA BULA PONTIFICIA PROCLAMANDO EL DOGMA DE LA ASUCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A LOS CIELOS
De tal modo, la Augusta Madre de Dios, misteriosamente unida a Jesucristo desde toda la eternidad con un mismo decreto, de predestinación, inmaculada en su Concepción, Virgen sin mancha en su divina maternidad, generosa socia del divino Redentor, que obtuvo un pleno triunfo sobre el pecado y sobre sus consecuencias, al fin como supremo coronamiento de sus privilegios, fue preservada de la corrupción del sepulcro, y vencida la muerte,
como antes su Hijo, fue elevada en
alma y cuerpo a la gloria del Cielo,
donde resplandece como Reina a la
diestra de su Hijo, Rey inmortal de los
siglos
Bula munificentissimus deus del santo Padre Pio XII.
MEDITACIÓN DEL SANTO PADRE SAN JUAN XXIII
La imagen soberana de María se ilumina e irradia en la suprema exaltación que puede alcanzar una criatura. ¡Qué bella escena de gracia, dulzura, solemnidad, la dormición de María, tal como los cristianos de Oriente la contemplan! Recostada en el plácido sueño de la muerte, Jesús está junto a ella, y la retiene en su corazón, como si el alma de María fuese un niño, para indicar el prodigio de la inmediata resurrección y glorificación.
Los cristianos de Occidente prefieren seguir, levantando los ojos y el corazón, la asunción de María en cuerpo y alma hacia los reinos eternos. Así la han visto y representado los artistas más insignes, belleza divina incomparable. Sigámosla así, dejándonos llevar entre la angélica procesión.
Motivo de consuelo y de confianza de los días de dolor para aquellas almas privilegiadas -y todos los podemos ser- que Dios prepara en silencio para el triunfo más bello, el triunfo del altar.
El misterio de la Asunción nos familiariza con el pensamiento de la muerte, de nuestra muerte, en una luz de plácido abandono en el Señor; nos familiariza y reconcilia con la idea de que el Señor estará, como queremos que esté, cerca en nuestra agonía para recoger entre sus manos nuestra alma inmortal.
Gratia tua nobis tecum, Virgo Immaculata.
ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO
Dios todopoderoso y eterno,
que has elevado en cuerpo y alma
a los cielos a la inmaculada Virgen María,
Madre de tu Hijo,
concédenos que, tendiendo siempre
hacia los bienes celestiales,
merezcamos participar con ella de la gloria del cielo.
Por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.