miércoles, 11 de diciembre de 2024

SEGUNDO MISTERIO GOZOSO. LA VISITACIÓN DE NUESTRA SEÑORA A SU PRIMA SANTA ISABEL


LA VISITACIÓN

Autor.- Esta obra fue realizada por Juan de Segovia.
Fecha de ejecución.- Juan de Segovia trabaja en esta obra entre el año 1490 y el año 1500
Técnica.- Témpera sobre tabla.
Medida.- 97 x 54 cm,
Lugar donde se encuentra.- Museo Nacional del Prado.
Localidad.- Madrid.
País.- España.

TEXTO DEL EVANGELIO

    En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: 

    «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». 

    María dijo: 

    «Proclama mi alma la grandeza del Señor, 
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; 
porque ha mirado la humildad de su esclava. 
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, 
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: 
su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles
 de generación en generación. 
Él hace proezas con su brazo: 
dispersa a los soberbios de corazón, 
derriba del trono a los poderosos 
y enaltece a los humildes, 
a los hambrientos los colma de bienes 
y a los ricos los despide vacíos. 
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia 
—como lo había prometido a nuestros padres— 
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre». 

    María se quedó con ella unos tres meses y volvió a su casa. 

Lucas 1, 39 - 56

MEDITACIÓN DE SAN JUAN PABLO II

    Poco después de la narración de la anunciación, el evangelista Lucas nos guía tras los pasos de la Virgen de Nazaret hacia « una ciudad de Judá » (Lc 1, 39). Según los estudiosos esta ciudad debería ser la actual Ain-Karim, situada entre las montañas, no distante de Jerusalén. María llegó allí « con prontitud » para visitar a Isabel su pariente. El motivo de la visita se halla también en el hecho de que, durante la anunciación, Gabriel había nombrado de modo significativo a Isabel, que en edad avanzada había concebido de su marido Zacarías un hijo, por el poder de Dios: « Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible a Dios »(Lc 1, 36-37). El mensajero divino se había referido a cuanto había acontecido en Isabel, para responder a la pregunta de María: « ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? » (Lc 1, 34). Esto sucederá precisamente por el « poder del Altísimo », como y más aún que en el caso de Isabel.

    Así pues María, movida por la caridad, se dirige a la casa de su pariente. Cuando entra, Isabel, al responder a su saludo y sintiendo saltar de gozo al niño en su seno, « llena de Espíritu Santo », a su vez saluda a María en alta voz: « Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno » (cf. Lc 1, 40-42). Esta exclamación o aclamación de Isabel entraría posteriormente en el Ave María, como una continuación del saludo del ángel, convirtiéndose así en una de las plegarias más frecuentes de la Iglesia. Pero más significativas son todavía las palabras de Isabel en la pregunta que sigue: « ¿de donde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? »(Lc 1, 43). Isabel da testimonio de María: reconoce y proclama que ante ella está la Madre del Señor, la Madre del Mesías. De este testimonio participa también el hijo que Isabel lleva en su seno: « saltó de gozo el niño en su seno » (Lc 1, 44). EL niño es el futuro Juan el Bautista, que en el Jordán señalará en Jesús al Mesías.

    En el saludo de Isabel cada palabra está llena de sentido y, sin embargo, parece ser de importancia fundamental lo que dice al final: «¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor! » (Lc 1, 45).28 Estas palabras se pueden poner junto al apelativo « llena de gracia » del saludo del ángel. En ambos textos se revela un contenido mariológico esencial, o sea, la verdad sobre María, que ha llegado a estar realmente presente en el misterio de Cristo precisamente porque « ha creído ». La plenitud de gracia, anunciada por el ángel, significa el don de Dios mismo; la fe de María, proclamada por Isabel en la visitación, indica como la Virgen de Nazaret ha respondido a este don.

Redemptoris Mater 12

ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO

Dios todopoderoso, tú que inspiraste a la Virgen María, 
cuando llevaba ya en su seno a tu Hijo, 
el deseo de visitar a su prima Isabel, 
concédenos, te rogamos, que, dóciles al soplo del Espíritu,
podamos, con María, cantar tus maravillas
 durante toda nuestra vida. 

jueves, 5 de diciembre de 2024

PRIMER MISTERIO GOZOSO. EL ANUNCIO DEL ÁNGEL A MARÍA Y LA ENCARNACIÓN DEL VERBO


LA ANUNCIACIÓN

Autor.- Juan Correa de Vivar.
Fecha de ejecución.- Juan Correa realiza esta obra en el año 1559
Técnica.- Oleo sobre tabla.
Medida.- 225 x 145 cm.
Lugar donde se encuentra.- Museo Nacional del Prado.
Localidad.- Madrid.
País.- España.

TEXTO DEL EVANGELIO

    En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: 

    «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». 

    Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:

     «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». 

    Y María dijo al ángel: 

    «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». 

    El ángel le contestó: 

    «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». 

    María contestó: 

    «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». 

    Y el ángel se retiró.

Lucas 1, 26 - 37

MEDITACIÓN DE SAN JUAN PABLO II

    La Anunciación es la revelación del misterio de la Encarnación al comienzo mismo de su cumplimiento en la tierra. El donarse salvífico que Dios hace de sí mismo y de su vida en cierto modo a toda la creación, y directamente al hombre, alcanza en el misterio de la Encarnación uno de sus vértices. En efecto, este es un vértice entre todas las donaciones de gracia en la historia del hombre y del cosmos. María es « llena de gracia », porque la Encarnación del Verbo, la unión hipostática del Hijo de Dios con la naturaleza humana, se realiza y cumple precisamente en ella. Como afirma el Concilio, María es « Madre de Dios Hijo y, por tanto, la hija predilecta del Padre y el sagrario del Espíritu Santo; con un don de gracia tan eximia, antecede con mucho a todas las criaturas celestiales y terrenas ».


Redemptoris Mater 9

ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO

Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase
en el seno de la Virgen María;
concédenos, en tu bondad,
que cuantos confesamos a nuestro Redentor,
como Dios y como hombre verdadero,
lleguemos a hacernos semejantes a él
en su naturaleza divina.
Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMER MISTERIO LUMINOSO. EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL RÍO JORDÁN

BAUTISMO DE CRISTO Autor.- Francisco de Goya y Lucientes. Fecha de ejecución.- Goya trabaja en esta obra entre el año 1775 y el año 1780 Téc...