JESÚS DISPUNTANDO CON LOS DOCTORES EN EL TEMPLO
Autor.- Esta obra salió de las manos de Juan de Valdés Léal.
Fecha de ejecución.- Valdés Leal realiza esta obra en el año 1661
Técnica.- Óleo sobre lienzo.
Medida.- 107 x 80 cm.
Lugar donde se encuentra.- Museo de Bellas Artes.
Localidad.- Sevilla.
País.- España.
TEXTO DEL EVANGELIO
Sus padres solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Lucas 2, 41 - 51
MEDITACIÓN DE SAN JUAN PABLO II
Después del encuentro en el templo, a la pregunta de la Madre: « ¿por qué has hecho esto? », Jesús, que tenía doce años, responde « ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? », y el evangelista añade: « Pero ellos (José y María) no comprendieron la respuesta que les dio » (Lc 2, 48-50) Por lo tanto, Jesús tenía conciencia de que « nadie conoce bien al Hijo sino el Padre » (cf. Mt 11, 27), tanto que aun aquella, a la cual había sido revelado más profundamente el misterio de su filiación divina, su Madre, vivía en la intimidad con este misterio sólo por medio de la fe. Hallándose al lado del hijo, bajo un mismo techo y « manteniendo fielmente la unión con su Hijo », « avanzaba en la peregrinación de la fe »,como subraya el Concilio. Y así sucedió a lo largo de la vida pública de Cristo (cf. Mc 3, 21,35); de donde, día tras día, se cumplía en ella la bendición pronunciada por Isabel en la visitación: « Feliz la que ha creído ».
San Juan Pablo II. Carta Encíclica Redemptoris Mater 17
ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO
¡Oh, Dios! Que por el misterio de tu Hijo
perdido y hallado en el templo
has querido despertar en nosotros
el deseo de la buscar a Jesús
en nuestras vidas,
concédenos no cejar nunca en ésta
para merecer encontrarnos
con Él y con María, cada día en la Tierra y,
al final, en la Gloria del Cielo
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