JESÚS ENTRE LOS DOCTORES DE LA LEY
Autor.- En la actualidad se desconoce el autor de esta obra.
´Fecha de ejecución.- En la actualidad y como pasa con el autor, se desconoce la fecha exacta en la que fue realizada esta obra, datándose como una obra del siglo XVII.
Técnica.- Óleo sobre cobre.
Lugar donde se encuentra.- Real Colegio de las Escuelas Pías.
Localidad.- Valencia.
País.- España.
TEXTO DEL EVANGELIO
Sus padres solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Lucas 2, 41 - 51
MEDITACIÓN DEL SANTO PADRE SAN JUAN XXIII
Jesús tiene ya doce años. María y José le acompañan a Jerusalén para la plegaria habitual de aquella edad. De improviso desaparece de sus ojos aunque vigilantes y amorosos. Gran preocupación en aquella búsqueda que dura tres días. Se le encuentra entre los demás asistentes en el templo. Estaba razonando con los doctores de la ley. ¡Qué palabras tan significativas las de San Lucas que (nos lo describe con precisión! Lo encuentran sentado en medio de los doctores, audientem illos et interrogantem eos (Lucas 2, 46) en actitud de escucharlos y de preguntarles. Aquel encuentro de los doctores era entonces todo: conocimiento, sabiduría, luz, práctica en contemplación al Antiguo Testamento.
Tal es en todo tiempo la misión de la inteligencia humana: recoger las voces de los siglos, transmitirnos la buena doctrina; dilatar con humildad la mirada de la investigación científica sobre el futuro.
Cristo se encuentra siempre allí en medio, en su puesto; Magister vester unus est Christus (Mateo, 23, 10).
Esta quinta decena de los misterios gozosos, es una invocación especial en provecho de cuantos son llamados al servicio de la verdad y de la caridad, en la investigación, en la enseñanza, en la difusión de las técnicas nuevas audiovisivas, moviendo a amar a Jesús: científicos, profesores, maestros, periodistas, especialmente éstos, por la tarea característica de hacer siempre el honor a la buena doctrina en su pureza, sin fantásticas deformaciones.
Sí, sí, rezamos por todos ellos, ya sean sacerdotes o sean laicos: rezamos para que sepan escuchar la verdad, y se requiere tanta pureza de corazón; para que sepan entenderla, y se requiere toda la humildad íntima de la mente, para que sepan defenderla, y es necesaria la fuerza que tuvo Jesús, y es la fuerza de los santos, la obediencia. Solamente la obediencia logra la paz, es decir, la victoria.
ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO
¡Oh, Dios! Que por el misterio de tu Hijo
perdido y hallado en el templo
has querido despertar en nosotros
el deseo de la buscar a Jesús
en nuestras vidas,
concédenos no cejar nunca en ésta
para merecer encontrarnos
con Él y con María, cada día en la Tierra y,
al final, en la Gloria del Cielo