miércoles, 27 de noviembre de 2024

CUARTO MISTERIO DOLOROSO. JESÚS CON LA CRUZ CAMINO DEL CALVARIO


CRISTO CAMINO DEL CALVARIO

Autor.- Andrea di Bartolo.
Fecha de ejecución.- En la actualidad se desconoce la fecha exacta en la que Andrea di Bartolo realiza esta obra, datándose como una obra realizada entre el año 1415 y el año 1420
Técnica.- Temple sobre tabla.
Medida.- 54,5 x 49,2 cm,
Lugar donde se encuentra.- Museu Nacional d´Art de Catalunya
Localidad.- Barcelona.
País.- España.

TEXTO DEL EVANGELIO

Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús, y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron.

Juan 19, 16 - 18

MEDITACIÓN DEL SANTO PADRE JUAN XXIII

    La vida humana es un peregrinar continuo, largo y pesado. Arriba, arriba, por la escarpada pedregosa, por el camino a todos señalado en aquella colina. En este misterio Cristo representa al género humano. ¡ Ay si no hubiese una cruz para cada uno! El hombre se vería tentado de egoísmo, de hedonismo, de insensibilidad, y sucumbiría.

    El fruto que proviene de la contemplación de Jesús que sube al Calvario es el de acoger y besar la cruz llevándola con generosidad y alegría según las palabras de la Imitación de Cristo: «En la cruz está la salvación, en la cruz está la vida, en la cruz, está la protección contra los enemigos, la efusión de una celestial suavidad» (Lib. II, cap. 12, 2).

    Extended también la plegaria a María Dolorosa que siguió a Jesús con espíritu de participación en sus méritos y en sus dolores.

    La intención abre ante los ojos la inmensa visión de los atribulados, huérfanos, viejos, enfermos, misioneros, débiles, exilados, pidiendo para todos la fuerza y el consuelo que sólo da la esperanza: O Crux ave, spes unica (Breviario Romano, Hymn. Ad Vesp. Dom. 1 Passionis).

ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO

Señor, Padre bueno, que nos has enviado a Jesús,
obediente hasta la muerte,
concédenos la fuerza de tu amor
para tomar con valor nuestra cruz.
Concédenos tu esperanza y sabremos reconocerte
incluso en los momentos más oscuros de nuestra vida.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.

jueves, 21 de noviembre de 2024

TERCER MISTERIO DOLOROSO. LA CORONACIÓN DE ESPINAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


LA CORONACIÓN DE ESPINAS

Autor.- Tiziano Vecellio di Gregorio, quien será reconocido en la historia del Arte como Tiziano.
Fecha de ejecución.- Tiziano realiza esta obra entre el año 1542 y el año 1544
Técnica.- Óleo sobre lienzo.
Medida.- 303 x 180 cm.
Lugar donde se encuentra.- Museo del Louvre.
Localidad.- París.
País.- Francia.

TEXTO DEL EVANGELIO

    Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían: 

    «¡Salve, rey de los judíos!». 

    Y le daban bofetadas.

Juan 19, 2 - 3 

MEDITACIÓN DEL SANTO PADRE JUAN XXIII

  Es el misterio cuya contemplación se ajusta mejor aquellos que llevan el peso de graves responsabilidades en el cuidado de las almas y en la dirección del cuerpo social: es, por tanto, el misterio de los Papas, de los obispos, de los párrocos, el misterio de los gobernantes, de los legisladores, de los magistrados. Sobre la cabeza de este Rey, la corona de espinas. También sobre sus cabezas hay una corona en la cual está, sí, una aureola de dignidad y de distinción, corona de una autoridad que procede de Dios y es divina; sin embargo, está tan entretejida de elementos que pesan, que punzan, que procuran espinas y disgustos; por no hablar del dolor que nos causan las debilidades y las culpas de los hombres, cuando más se les ama y se tiene el deber de ser para ellos aquel que representa al Padre que está en los cielos. Entonces, el amor mismo se convierte, como para Jesús, en una corona de espinas que los hombres entretejen sobre la cabeza de quien los ama.

    Otra aplicación nos hace pensar en las graves responsabilidades de quien ha recibido mayores talentos y está obligado a hacerlos fructificar mediante el ejercicio continuo de sus facultades, de su inteligencia. El servicio del pensamiento, es decir, el empeño que se exige a quien de ellas está más dotado para luz y guía de los otros, debe ser llevado con paciencia, rechazando las tentaciones del orgullo, del egoísmo, de la disgregación que demuele.

ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO

Concédenos Señor, que por los méritos 
de la Pasión de Cristo 
y de los dolores de la Virgen María
el Espíritu Santo, presente con plenitud en la Iglesia,
inunde con su amor
al mundo entero.

jueves, 14 de noviembre de 2024

SEGUNDO MISTERIO DOLOROSO. LA FLAGELACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


LA FLAGELACIÓN DE CRISTO

Autor.- Piero della Francesca.
Fecha de ejecución.- En la actualidad se desconoce la fecha exacta en la que fue realizada esta obra por Piero della Francesca, datándose como una obra posterior al año 1444
Técnica.- Oleo y templo sobre tabla.
Medida.- 59 x 82 cm.
Lugar donde se encuentra.- Palacio Ducal de Urbino.
Localidad.- Urbino.
País.- Italia.

TEXTO DEL EVANGELIO

    Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar.

Juan 19,1

MEDITACIÓN DEL SANTO PADRE SAN JUAN XXIII

    Este misterio ofrece el recuerdo del despiadado suplicio de los latigazos sobre los miembros inmaculados e inocentes de Jesús.

    El compuesto humano está hecho de alma y cuerpo. El cuerpo sufre las tentaciones más humillantes y la voluntad débil puede dejarse arrastrar. Así, pues, hay en este misterio una invitación a la penitencia saludable que debe envolver y proteger la verdadera salud del hombre, en su totalidad, como ser corporal y espiritual.

    De ello deriva una gran enseñanza para todos. Nosotros no estamos llamados al martirio cruento, sino a le disciplina constante, cotidiana de las pasiones. Por este camino, verdadero «camino de la cruz», camino cotidiano, inevitable, indispensable, que a veces por sus exigencias puede convertirse en heroico, llegamos paso a paso a asemejarnos cada vez más perfectamente con Jesucristo, a la participación de sus méritos, a la ablución en su Sangre inmaculada de toda culpa en nosotros y en todos. No se llega mediante fáciles exaltaciones, fanatismos quizá inocentes, pero nunca inocuos.

    La Madre Dolorosa le vio así flagelado: ¡imaginamos con cuánta aflicción! Cuántas madres quisieran gozar de ver el perfeccionamiento moral de sus hijos a través de la disciplina de la educación, de la instrucción, de una vida sana; sin embargo, tienen a veces que llorar viendo insatisfechas tantas esperanzas, tantas fatigas.

    La intención de las avemarías del misterio será, pues, invocar del Señor el don de la pureza de costumbres en las familias y en la sociedad, especialmente en las almas jóvenes, más expuestas a las seducciones de los sentidos; y pedir a la vez el don de la robustez de carácter, de la fidelidad a los propósitos hechos y a las enseñanzas recibidas.

ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO

Jesús; eres tú quien sigues reuniendo
 y santificando todos los sufrimientos: 
los de los enfermos, los de quienes mueren 
llenos de penalidades, l
os de todos los discriminados; 
pero los sufrimientos que destacan
 por encima de todos son los que se sufren por tu nombre.
Por los sufrimientos de los mártires, 
bendice a tu Iglesia; que su sangre sea semilla de nuevos cristianos.
 Creemos firmemente que sus sufrimientos, 
aunque en un principio puedan parecer una derrota completa, 
traerán la verdadera victoria a tu Iglesia. 
Señor, otorga la perseverancia a nuestros hermanos perseguidos.

lunes, 4 de noviembre de 2024

PRIMER MISTERIO DOLOROSO. LA ORACIÓN DE JESÚS EN EL HUERTO DE GETSEMANÍ


LA ORACIÓN EN EL HUERTO

Autor.- Antonio Raphael Mengs.
Fecha de ejecución.- Mengs realiza esta obra entre 1768 y el año 1769
Técnica.- Óleo sobre lienzo.
Medida.- 185 x 182 cm.
Lugar donde se encuentra.- Colecciones Reales.
Localidad.- Madrid.
País.- España.

TEXTO DEL EVANGELIO

    Salió y se encaminó, como de costumbre, al monte de los Olivos, y lo siguieron los discípulos. Al llegar al sitio, les dijo: 

    «Orad, para no caer en tentación». 

    Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra y, arrodillado, oraba  diciendo: 

    «Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya». 

    Y se le apareció un ángel del cielo, que lo confortaba. En medio de su angustia, oraba con más intensidad. Y le entró un sudor que caía hasta el suelo como si fueran gotas espesas de sangre. Y, levantándose de la oración, fue hacia sus discípulos, los encontró dormidos por la tristeza, y les dijo:

     «¿Por qué dormís? Levantaos y orad, para no caer en tentación». 

Lucas 22, 39- 47

MEDITACIÓN DEL SANTO PADRE SAN JUAN XXIII

    La mente conmovida llega a contemplar la imagen del Salvador en la hora del supremo abandono: «...y tuvo un sudor, como de gotas de sangre que caía a tierra» (Lucas 22, 44) Esto expresa la íntima pena del alma, la amargura extrema de la soledad, el quebrantamiento del cuerpo decaído. La agonía viene provocada por la inminencia de aquello que Jesús ve bien claro: la pasión que le espera.

    La escena de Getsemaní sirve de estímulo al esfuerzo de la voluntad para aceptar el sufrimiento, aceptación plena del sufrimiento, cuando es Dios quien quiere o permite nuestro sufrimiento: Nom mea voluntas, sed tua fiat (Lucas 22, 42). Palabras que desgarran y curan porque enseñan hasta que grado puede y debe llegar el cristiano que sufre con Jesús que sufre, y nos dan la certeza para nosotros de los méritos más inenarrables, los méritos de la vida divina en nosotros, viva vivas en nosotros hoy en al gracia, mañana en la gloria.

    Un intención hay que tener presente aquí, en este misterio: la sollicitudo omnium ecclesiarum (2Cor 11, 28), el ansia que agita como el viento que agitaba el lago de Genezaret: «pues el viento era contrario» (Mateo 14, 24) la plegaria oración diaria del Papa, el ansia de las horas más agitadas del altísimo ministerio pastoral; el ansia de la Iglesia que diseminada por toda la tierra sufre con él, y, al mismo tiempo, él sufre con la Iglesia, presente en él y que sufre en él; el ansia de miles de almas, partes enteras de la grey de Jesús, sometidas alas persecuciones contra la libertad de creer, de pensar, de vivir. «¿Quién desfallece sin que desfallezca yo? (2Cor 11, 29).

    Participar en los dolores de los hermanos, padecer con quien padece, flere cum flentibus (Romanos 12, 15), es un beneficio, un mérito para toda la Iglesia. ¿Es la «comunión de los santos» tener todos y cada uno en común la Sangre de Jesús, el amor de los Santos y de los buenos, y, también, por desgracia, nuestro pecado, nuestras debilidades? ¿Se piensa acaso en esta «comunión», que es unión y casi, como decía Jesús, unidad: «para que sean uno» (Juan 17, 22). La cruz del Señor no solo nos levanta sino que atrae a las almas, siempre «cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí (Juan 12, 32). Todo, a todos.

ORACIÓN FINAL DEL MISTERIO

Jesús, hermano nuestro,
que para abrir a todos los hombres el camino de la Pascua
has querido experimentar la tentación y el miedo,
enséñanos a refugianos en ti,
y a repetir tus palabras de abandono y entrega a la voluntad del Padre,
que en Getsemaní han alcanzado la salvación del universo.
Haz que el mundo conozca
a través de tus discípulos el poder de tu amor sin límites (cf. Jn 13,1),
del amor que consiste en dar la vida por los amigos (cf. Jn 15,13).

PRIMER MISTERIO LUMINOSO. EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL RÍO JORDÁN

BAUTISMO DE CRISTO Autor.- Francisco de Goya y Lucientes. Fecha de ejecución.- Goya trabaja en esta obra entre el año 1775 y el año 1780 Téc...